Para exigir respeto, primero lo tienes que dar y el presidente Gabriel Boric es el ejemplo vivo de no respetar a ninguna institución.

Boric puede pedir lo que quiera, pero el respeto se gana, no se exige. (Twitter)

«¡Exijo respeto!», gritó a viva voz el impresentable Gabriel Boric en una actividad de CONAPYME. Claramente, a donde va le gritan algo o lo encaran. Es el costo de prometer lo que no podrá cumplir y faltarle a diario el respeto a millones de chilenos, que votaron y no votaron por él.

El otrora diputado y mechero anda muy envalentonado con su cargo. Ahora se le olvidó que visitó a un terrorista y asesino del senador Jaime Guzmán, se tomó una foto muy sonriente con una polera donde aparece una imagen del Senador Guzmán con un disparo en la cabeza, pasarse el torniquete del Metro y rendir honores a los terroristas del FPMR. ¿Se le olvidó?

Celebrar la violencia, verla con alegría mientras millones de personas vieron en ruinas sus lugares de trabajo. El mismo que rendía pleitesía a Fidel Castro y Hugo Chávez, ¿este personaje exige respeto?

Para exigir respeto, primero lo tienes que dar y Boric es el ejemplo vivo de no respetar a ninguna institución, así como ninguna persona que no sea de su sesgo político. Su gobierno en sí mismo es una falta de respeto, en el amplio sentido de la palabra.

Contratar a puros amigos y parientes de amigos con la plata de todos los chilenos, claramente es una falta de respeto. No visitar la Araucanía, dónde muchos compatriotas viven aterrorizados, también es una falta de respeto, relativizar la violencia, celebrar la insurrección y dar pensiones a los protagonistas de la destrucción de nuestro país, lógicamente es una falta de respeto y quizás lo más grave, no atender la economía, delincuencia, crecimiento, orden público es una negligencia inexcusable, lógicamente de un gobierno de incompetentes.

Con su presencia, desaseado con el constante cierre del pantalón abierto y la camisa afuera, claramente le falta el respeto al cargo de la Presidencia de la República. No importa que no use corbata. El presidente del Salvador, Nayib Bukele, tampoco usa corbata y claramente su aspecto es muy diferente al de Boric.

Ante una crisis económica que se deja sentir, su ignorancia a los problemas reales que viven millones de compatriotas y su nula respuesta, es sin duda una otra falta de respeto.

Boric puede pedir lo que quiera, pero el respeto se gana, no se exige.

Origen: Panam Post