Antes de su última presentación, Cristina Kirchner y sus allegados saludaban enfáticamente hacia un portón verde. Papelón.
“El amor y el cariño de quienes están presente fuera de este predio. Demostrando su amor, demostrando su apoyo incondicional”, decía la voz en off de la locutora kirchnerista, mientras se veía a Cristina saludar enfáticamente. Sin embargo, lo más probable es que haya habido una desinteligencia en la “producción” del acto de la vicepresidente en Avellaneda. Es que la cámara, seguramente, debía tomarla de frente mientras hacía la pantomima con el intendente Jorge Ferraresi. El plano que salió en la transmisión de las redes oficiales de CFK dejó en evidencia que los que estaban fuera del predio, demostrando su amor y apoyo incondicional, no existían. Kirchner saludaba a la nada misma. Mejor dicho, a un paredón verde.
La falta de coordinación que tuvieron con la dirección de cámaras parece que no estuvo en la dirigencia kirchnerista. Increíblemente, Cristina, el intendente y los colaboradores, saludaban enfáticamente, con la mirada en alto y las sonrisas plenas. La actuación de la dirigencia kirchnerista era perfecta. Claro que, como se vio en la transmisión, como ocurre usualmente con el relato K, todo era mentira.
De la misma manera que los afectuosos saludos a distancia resultaron ser un vil engaño, lo mismo ocurrió ya dentro del acto oficial. Una vez más, en su primera presentación pública luego de la condena por corrupción y del acto suspendido del Grupo de Puebla por el poco entusiasmo que generó durante el mundial, CFK se aferró al relato mentiroso. Dijo que estaba “proscripta”, como estuvo en los cincuenta y sesenta Juan Domingo Perón.
Como su amigo venezolano
Hace cuatro años, el dictador venezolano Nicolás Maduro quedó en evidencia exactamente igual que Kirchner esta semana. En esa oportunidad, una cámara que lo seguía lo tomó de espaldas por varios segundos, también saludando enfáticamente a la nada misma. En lugar del paredón verde, en el papelón chavista Maduro saludaba (también muy enfáticamente) a un patio completamente vacío.
No se sabe si en ambas oportunidades los equipos de comunicación esperaban difundir otras tomas, o editar las escenas con distintos escenarios más «poblados». Lo cierto es que, tanto CFK como su amigo Maduro, parecen tener más aptitudes para la actuación que para el diseño de buenas políticas públicas. Caro les salió a la Argentina y a Venezuela la equivocación vocacional de ambos.
Origen: Panam Post
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